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Con el término incunable definimos convencionalmente un documento imprimido con tecnología de tipos móviles y realizado en la segunda mitad del siglo XV. El término proviene del latín incunábula, "pañales", a su vez derivado de cuna, de ahí el significado de 'origen, primer comienzo'.
Generalmente los incunables no tienen frontispicio sino sólo una indicación, muchas veces aproximada, que muestra el nombre del autor de la obra y un título en el incipit.
Las notas tipográficas, si las hay, se encuentran en el colofón. De hecho, los primeros libros creados con tipos móviles tendían a imitar la forma de los libros manuscritos, en los que este tipo de informaciones resultaba superflua. El buen estado de conservación de muchos incunables, en comparación con libros mucho más recientes, se debe a la excelente calidad del papel antiguo, fabricado a mano con trapos de algodón.
El primer incunable es la Biblia latina imprimida por Gutenberg en Mainz en 1453-55, mientras que en Italia los primeros ejemplares se produjeron (1464-65) en Subiaco por Schweineim y Pannartz, originarios de Mainz, que luego se trasladaron a Roma en el Palazzo Massimo, y por Ulrico Han (1465).
En todo el mundo hay unos 450.000 incunables, de los cuales al menos 110.000 están en Italia. Las colecciones más grandes se encuentran en Londres (British Library), Washington (Library of Congress), París (Bibliothèque nationale de France), Munich (Bayerische Staatsbibliothek), Viena (Nationalbibliothek), en la Biblioteca del Vaticano y en Nápoles (Biblioteca Nazionale). Son notables También por su belleza y rareza los especímenes conservados en Florencia (Biblioteca Laurenziana) y en Manchester (John Rylands Library). En Italia existe el índice general de los incunables de las bibliotecas italianas, en seis volúmenes, 1943-81.
Última actualización: 07 abril 2022